Al constituirse la leche en un alimento de consumo universal preocupa de sobre manera que esta llegue a sufrir contaminación y más aun del tipo aflatoxinico (aflatoxina M1) en la leche que constituye un peligro silencioso por ser cancerigeno, hepatoxico e inmunosupresivo, provocando intoxicaciones agudas y crónicas en los animales y en el ser humano, atentándose de esta manera a la seguridad alimentaria y la vida misma. Estas aflatoxinas se encuentran muchas veces de modo natural en un gran número de productos agrícolas, utilizados como materias primas para la preparación de alimentos balanceados para animales.
La contaminación del producto puede ocurrir en cualquier punto de la cadena alimenticia, desde la cosecha, pasando por la recolección, almacenaje, transporte, elaboración y conservación. Existen pruebas capaces de detectar la presencia de las aflatoxinas en los rangos permitidos por la FDA y AOAC las cuales venimos abasteciendo desde hace mucho tiempo, dicho producto es el Test Aflatoxinas de CHARM.